Porque la vida puede ser maravillosa

Ahora que se acerca el Mundial de Baloncesto es cuando más se añora la presencia de mi querido Andrés Montes al otro lado del micrófono. Lo queramos o no, Andrés consiguió poner voz a las sensaciones que transmitía la selección española tanto en el pasado mundial de Japón como en el último Europeo.

El caso es que me vino a la memoria la frase que titula este artículo, y que él usaba de coletilla martilleante, para contaros una experiencia que llevo poniendo en práctica desde hace un tiempo y creo que cumpliendo con creces los objetivos que me propuse en los inicios.

Cuando escribo un correo electrónico y pincho en enviar, toda una serie de procesos psicológicos se ponen en marcha llevando a mi cabeza pensamientos de todo tipo, aunque generalmente gratificantes: "Al fin me quité este tema de encima", "espero que me contesten pronto", "si no me hacen caso ahora, se las verán conmigo cara a cara", "A ver si desatasca este asunto", "ojalá le sirva mi opinión", "después de escribir esto estoy a un paso del nobel de literatura", etc.

Pero, a veces el mundo es injusto y en pocos segundos tienes en tu bandeja de entrada un aviso indicándote que la dirección del destinatario es errónea, tema en el que poco podemos hacer, o con un mensaje automático informándote de que el destinatario está de vacaciones y que por tanto tu esperada respuesta queda aplazada, en el mejor de los casos, o eliminada de la agenda.

Estos avisos automáticos de "Fuera de la Oficina" u "Out of Office" son ya de por sí bastante duros, ¿por qué nos empeñamos en hacerlos todavía más duros con un redacción impersonal y una información escasa? Pues manos a la obra, "no hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a tí".

Mis tres últimos periodos vacacionales han sido agraciados con mensajes de fuera de oficina un poco diferentes, intentando sorprender a su destinatario, aportando la mayor información posible y luchando por elevar sus ánimos con una redacción desenfadada y alguna dosis de humor.

La acogida ha sido muy buena, muchos compañeros "contestan" al mensaje de fuera de la oficina con agradecimiento, simpatía y, seguro, con esa sonrisa en los labios que trasciende a la redacción de su correo. Otros me felicitan por twitter o en persona a la vuelta. Incluso comparan y valoran los que recibieron en pasadas vacaciones con los que reciben en esta.

Estoy convencido que algunos no aprueban estos mensajes y piensan que en el entorno profesional no tiene cabida el humor y la marca personal. Allá ellos, con estas cosas yo consigo hacer más llevadero el día a día a mi entorno y dibujar un estilo personal con el que me siento confortable.

Os animo a poner en marcha estos pequeños gestos que mejoran el clima laboral en nuestro círculo más cercano. Porque la vida puede ser maravillosa.

PD: Sirva este artículo también como mi personal homenaje a la figura de Andrés Montes. La foto está extraída de la web personal que en su día le hizo el diario Marca.

La vida es móvil

Como si de un anuncio de una operadora de telefonía móvil se tratase, me he tomado la licencia de repetir su slogan. Todo viene a colación del reciente proyecto que he dirigido y coordinado para implantar servicios bancarios en dispositivos móviles.

Observando la acogida en los clientes y procesando recientes experiencias con amigos y compañeros en el uso de estas y otras utilidades de nuestros teléfonos móviles o celulares (en América latina), puedo asegurar que el futuro pasa por los servicios en el móvil. Estos servicios no serán un pequeño subconjunto de los servicios que una misma compañía o institución ofrece por Internet, eso está bien para empezar, sino que deben ser servicios con entidad propia.

La usabilidad, funcionalidad y características de los teléfonos móviles, smartphones o dispositivos específicos (Peek, iPad, etc) son muy particulares, pero lo es más la forma y los lugares en los que la gente, personas como tú y como yo, los usamos.

Es decir, en un primer estadio, nos conformamos con migrar operativas de internet interesantes al mundo móvil, luego el cuerpo nos pedirá más, pero no más migraciones, no se trata de convertir nuestros móviles en un bazar similar al de nuestras webs. El objetivo deberá ser poner aquellos servicios que nuestros clientes necesiten cuando están en movilidad y/o aquellos que encajen en la forma de utilizar nuestros móviles, existan ya o no a través de internet.

Ejemplos empiezan a surgir, ¿se os había ocurrido agitar el móvil en una tienda para pagar? Pues ya existen experiencias piloto en algunos sitios.

Madrileños por el Mundo

Madrileños, andaluces, aragoneses, castellano manchegos o españoles en general. De unos años a esta parte han proliferado los programas de televisión que se dedican a contarnos los éxitos y las ventajas que acumulan nuestros compatriotas y vecinos residiendo más allá de nuestras fronteras.

Normalmente son historias de éxito, vidas plenas junto a otros españoles, otros emigrantes o con "aborígenes" de los paises receptores. Todos tienen sus razones, esa chispa que hizo prender la mecha de la primera salida, unos por estudios, otros por trabajo, algunos por amor y más de un fugado en busca de paz espiritual o huyendo de prejuicios en su propio país.

El espectador recibe las historias con optimismo y sintonía: o bien la aventura narrada es lo que siempre quiso hacer o es lo que tiene planeado hacer. Hoy, tras ver Españoles por el Mundo desde San Francisco, pienso que pertenezco al segundo grupo: espero algún día poderlo hacer, no necesariamente a San Francisco, pero quizás a otro punto de los Estados Unidos.

Se tardará más o menos en conseguirlo, pero creo firmemente que cuando fijas un objetivo es mucho más sencillo remar hacia él. Aunque el camino te lleve por otros derroteros y llegues más tarde de lo previsto, estarás alcanzando el destino que tú mismo elegiste. ¡Guau!

Related Posts with Thumbnails
top